domingo, 13 de mayo de 2018

El mapa de la música

Pincha aquí y podrás ver (y oir si pinchas en el título) qué canción es la más oída en cada territorio. Y ver como la globalización nos hace mucho menos variados en gustos.

lunes, 7 de mayo de 2018

¿Habrá trabajo con tanta IA?

Tras imaginar que pudiésemos comprar muchas más cosas, ahora imagina un abaratamiento generalizado de las cosas ante un aumento de la automotización y la robotización de los procesos productivos, el resultado será similar, teóricamente, cosas más baratas para todos. La realidad es que no va a ser tan igual.

Los optimistas dirán que vendrán nuevos empleos de valor añadido que sustituirán a esos empleos repetitivos y anodinos que nadie quiere hacer, que la anterior revolución industrial no provocó un paro generalizado, que ahora trabajando hombres y mujeres sigue habiendo bastante empleo, etc.

Bueno, lo primero hay que dejar claro porqué la premisa anterior no es válida para la situación actual. La tecnología nunca ha creado, ni de cerca, los mismos puestos de trabajo que ha destruido. Es obvio que el tractor creó un par de oficios nuevos, conductor, mecánico y fabricante de tractores, que no existía, pero la cantidad de estos empleos era muy, muy inferior a la de los jornaleros que sustituyó el tractor. Sin embargo lo que no se puede negar es que la cantidad de empleo antes y después de la llegada del tractor era muy parecida. El número de puestos de trabajo se mantuvo y esos puestos de trabajo hicieron uso de esa nueva tecnología, pero eso no quiere decir que la causa de esos nuevos puestos fuera la tecnología, de la misma manera que el hecho de que yo esté escribiendo esto en un ordenador y no en una máquina de escribir no es la causa de que lo esté escribiendo.

Entonces, ¿por qué no tienen razón los optimistas? Porque hay un importante ingrediente en esa receta que mantuvo los puestos de empleo: todo ese capital liberado al reducirse la necesidad de sueldos de trabajadores agrícolas fue a parar a otras actividades locales, se liberó capital (de los sueldos ahorrados) y fuerza laboral (de los jornaleros que tuvieron que reciclarse).

Afortunadamente las concentraciones de trabajadores en fábricas permitieron la organización de los trabajadores en grandes sindicatos, junto a la necesidad cada vez mayor de un trabajador educado que pueda manejar nueva tecnología y el miedo a repetirse otra Rusia, forzaron un poco de justicia en el trato y un pacto social, que al menos hiciera aumentar los sueldos y así la demanda de los bienes de los trabajadores, con el consecuente reparto de las rentas liberadas de los terratenientes.

domingo, 6 de mayo de 2018

¿Seremos felices con más cosas?

Hace poco vi "Una vida a lo grande" la horrible traducción de Downsizing, la película no es nada del otro mundo, pero deja en el aire un par de cuestiones interesantes.

Si fuésemos todos más ricos, ¿estaríamos mejor?, por más ricos entendemos que pudiésemos tener más cosas, cosas más caras y cosas más grandes. ¿Lo seríamos?

Porque si todos, o muchos, fuésemos ricos, sí podríamos tener una casa más grande y mejor, más cosas, más comida y mejor, etc. Pero antes este aumento de renta, trabajar sería menos atractivo en muchos sectores y por lo tanto para hacer esas desagradables tareas se demandaría más dinero, lo que encarecería esos servicios.

Eso lleva  a la siguiente cuestión, ¿de nuestro consumo? cuánto es para cosas tangibles (como alquiler/hipoteca, comida, droguería, ropa, gasolina, muebles, etc.) o casi tangibles (suministro eléctrico, línea telefónica, seguros, etc.)  y cuánto para servicios (que te atiendan cuando sales a tomar algo, suscripciones a streaming, servicios digitales, etc.). Y entonces uno hace las cuentas y ve que aunque bajase de precio las cosa tangibles una parte importante de la tarta que requiere mano de obra especializada (intensiva en capital humano), no lo haría.

Por eso ahora no estamos mejor, porque nuestra renta crezca también "necesitamos" consumir más cosas intangibles. Todos esos bienes y servicios en los que nos tienen que atender, los caprichitos.